¿Qué son y cuáles son las enfermedades de transmisión sexual? ¿Cuál es la función del ginecólogo en su tratamiento? A continuación, trataremos sobre el tema.
Las enfermedades de transmisión sexual, también conocidas como ETS por sus siglas o infecciones de transmisión sexual, como su nombre lo indica son transmitidas principalmente a través de las relaciones sexuales. Sin embargo, existen algunas, cuyo contagio se da además por el contacto con la piel en un contexto no íntimo.
Las ETS son infecciones provocadas por virus, bacterias o parásitos que se contagian de persona a persona a través de la boca, ano, vagina, sangre o piel (uno de los medios más comunes de transmisión son los fluidos corporales). Aunque afectan a hombres y mujeres, las consecuencias suelen ser más graves en el género femenino. A su vez, si una mujer embarazada está contagiada, su bebé puede tener serios problemas de salud, ya que puede adquirir la enfermedad durante la gestación o en el trabajo de parto.
A partir de la primera relación sexual, todas las personas están en riesgo de contraer una infección. Es importante que las mujeres visiten al ginecólogo antes de iniciar su vida sexual y entre otras cosas una de las primeras acciones preventivas debe ser recibir la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano. El ginecólogo especialista indicará a cada una, cuál es el método anticonceptivo ideal de acuerdo con su historia clínica e instruirá cómo prevenir las enfermedades de transmisión sexual.
Una de las medidas de prevención más eficaces en contra de las ETS es el uso correcto del condón, tanto masculino como femenino. Sin embargo, no reduce el riesgo al 100%. En el caso de las personas alérgicas al látex (material con el que están hechos la mayoría de los condones) existe una alternativa de poliuretano o poli isopreno sintético. El médico ginecólogo deberá guiar a la paciente sobre dichas alternativas.
Entre las infecciones de transmisión sexual más comunes están:
Los síntomas y tratamiento de cada enfermedad de transmisión sexual varían. Incluso hay algunas que no presentan sintomatología y pasan desapercibidas por meses o años. En el caso de aquellas provocadas por bacterias o parásitos, suelen tratarse con antibióticos, pero estos medicamentos no son efectivos para las ETS que son causadas por virus.
Al igual que en otros problemas de salud, nunca será recomendable la automedicación, ni los remedios caseros. A la primera sospecha de tener una enfermedad de transmisión sexual o para descartar que se tenga, las mujeres deben acudir al ginecólogo y los hombres con el urólogo, de esa forma evitarán contagiar a más personas. En algunas ocasiones el médico tratante ordenará pruebas de laboratorio para completar el diagnóstico.
Si una persona es sexualmente activa, siempre existirá el riesgo de estar contagiada con alguna infección de transmisión sexual. Ahí radica la importancia de los controles regulares y de acatar los consejos de los profesionales de la salud.
Recuerde que en el Instituto de Salud Integral de la Mujer atendemos a la mujer en todas sus etapas de vida, considerando su salud de manera integral.
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