El cáncer cervicouterino también es conocido como cáncer cervical o de cuello uterino. Se produce cuando las células que revisten el cuello del útero o matriz se reproducen de manera descontrolada.
El cáncer cervicouterino es el séptimo tipo de cáncer más frecuente a nivel mundial y el tercero para las mujeres. Tiene un alto porcentaje de mortalidad. El 85% de los casos se presentan en países en vías de desarrollo, principalmente en África y Medio Oriente. Es más común entre mujeres de 35 a 44 años y muy rara vez en pacientes menores de 20 años.
Dependiendo del grado de avance, el cáncer se clasifica en una escala del 1 al 3.
No hay una causa certera que indique por qué surge el cáncer uterino, sin embargo, sí se sabe con certeza que algunas variaciones del Virus de Papiloma Humano (VPH) pueden desencadenarlo. El cáncer cervicouterino o cáncer de cuello uterino, es una enfermedad que se puede atender a tiempo gracias a la prueba del Papanicolau. Dicho análisis debe ser practicado por el ginecólogo, a las mujeres una vez al año.
En las primeras fases de la enfermedad, las pacientes no refieren síntomas. Si el cáncer avanza, es posible observar alguna de las siguientes molestias:
Cabe mencionar que existen lesiones pre cancerígenas que pueden ser detectadas por los médicos, en especial el ginecólogo. Estas
lesiones se conocen como displasia, neoplasia intraepitelial cervical (CIN) o lesión intraepitelial escamosa (SIL).
Si el Papanicolau da como resultado VPH, el ginecólogo debe tratarlo antes de que desencadene una lesión cancerosa. Otro punto importante es que las niñas preadolescentes reciban la vacuna contra el Virus de Papiloma Humano, antes de iniciar su vida sexual.
Además, el uso del condón durante las relaciones sexuales disminuye el riesgo de contraer VPH y, por lo tanto, posteriormente desarrollar cáncer cervicouterino.
Finalmente, al igual que sucede con otros tipos de cáncer, llevar un estilo de vida sano, puede prevenirlo. Es muy útil mantener una dieta balanceada, tener un peso adecuado, practicar 30 minutos de ejercicio moderado, 5 días a la semana y sobre todo acudir de manera preventiva a una consulta con el ginecólogo. El médico no sólo tomará una muestra para el Papanicolau, sino que observará que la apariencia del útero sea la correcta, dependiendo de la edad y estado de salud de cada mujer.
En el Instituto de Salud Integral de la Mujer atendemos a la mujer en todas sus etapas de vida, considerando su salud de manera integral.
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