Mujer y Actividad Física
Dr. Jorge Paredes • 19 de julio de 2020
¿Cuánto se conoce?

Mente sana en cuerpo sano, sabiduría milenaria contenida en unas pocas palabras. Sin embargo, solo recientemente se ha llegado a conocer de manera más profunda el impacto de la actividad y el ejercicio físico en la salud de la mujer.
Al abordar el tema, es inevitable observar que no se tiene un conocimiento muy amplio sobre los beneficios y riesgos del ejercicio físico en las mujeres. Solo desde hace pocas décadas ha aumentado la participación de la mujer en actividades deportivas.
No nos sorprende que la mayoría de las mujeres desconozcan aspectos tan importantes de la práctica del ejercicio físico. Por ejemplo: cuál es la cantidad mínima de tiempo que se debe dedicar a la actividad física, cuál es la intensidad del ejercicio, qué tipo de ejercicio es más beneficioso, qué riesgos tiene la actividad física, pero, sobre todo, cuáles exactamente son los beneficios.
Desde la aparición de la Medicina del Deporte, hay profesionales especializados en la prescripción del ejercicio físico quienes están en capacidad de evaluar y determinar el tipo, la frecuencia y la intensidad de las actividades deportivas, para ambos sexos de manera diferenciada.
La importancia de la actividad física para la mujer
Hoy en día, es muy conocido el efecto positivo que tiene el ejercicio de moderara intensidad en mantener el peso corporal, disminuir la glicemia y el perímetro abdominal. El ejercicio ayuda a disminuir el riesgo y el impacto causado por diferentes enfermedades y condiciones médicas como: diabetes, hipertensión, infarto de miocardio y ciertos tipos de cáncer como cáncer de colon.
Por el contrario, el impacto que tiene el sedentarismo sobre la salud femenina es indiscutible ya que se conoce que las mujeres sedentarias tienen un riesgo cardiovascular aumentado y de presentar cáncer de mama y ovario. Al respecto existen algunas teorías que proponen que, el aumento de la grasa corporal determinado por una actitud sedentaria y una mala alimentación, incrementan los niveles de ciertas hormonas como los estrógenos, determinando un aumento del riesgo de enfermar.
Hay que considerar también, que el sedentarismo o una mala disposición a la actividad física se relacionan con ciertos factores como: la edad, la condición socioeconómica, el lugar de residencia, el acceso a espacios recreativos y el rol social. Se define como sedentarismo una actividad física menor a 150 minutos durante la semana.
¿Cuál es el mejor ejercicio?
Es importante hacer un plan de ejercicio que se base en una evaluación completa que tenga en cuenta la edad, condición física previa, enfermedades asociadas y riesgos individuales de cada paciente, todo esto para mejorar el cumplimiento del plan y obtener los mejores resultados. Se ha comprobado que ejercicios que combinen la actividad cardiovascular con la resistencia son los que mejor adherencia tienen y, por lo tanto, mejores resultados.
Una condición especial para considerar es si la mujer está en estado de embarazo y en que tan avanzado está el mismo.
Independientemente de esto, ¡una actividad tan simple como caminar a paso rápido puede ser un muy buen plan inicial!
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